- Falta de atención
- Impulsividad
- Sobreactividad
La impulsividad se refleja en conductas tales como la incapacidad del niño para esperar su turno en situaciones académicas o de juego, asumir riesgos innecesarios que le llevan a padecer caídas y lesiones, poca tolerancia a la frustración, incapacidad para trabajar en tareas dónde no obtienen refuerzo inmediato, dificultades para seguir instrucciones y tendencia a responder precipitadamente en problemas con diversas alternativas.
La sobreactividad podríamos definirla como la presencia de niveles excesivos para la edad del niño, de actividad motora o verbal. Son niños que hablan continuamente, casi siempre se están moviendo, no pueden estar mucho tiempo sentados, etc…
Los síntomas se inician, a menudo, en la primera infancia (entre 2 y 6 años) y es más frecuente en los niños.
Respecto al origen, se mezclan múltiples factores: biológicos, retraso madurativo, factores pre y perinatales, influencias genéticas y variables ambientales y de aprendizaje.
La hiperactividad conlleva en los niños problemas de relación social con sus compañeros, de disciplina, problemas de conducta, fracaso escolar y déficit de autoestima. Por ello es importante detectar el problema cuanto antes para poder trabajarlo adecuadamente.